Así que te hayas curándote las heridas. Tu relación acabó de muy mala manera. La chica a quien endiosabas resultó ser una marrana. El romance que comenzó con toda la magia de Disney terminó en una cutre pocilga. En cuanto a la marrana esa, acabó oliendo a un sinnúmero de cosas, pero ninguna de ellas era olor a rosas.
Naturalmente, tu confianza en ti mismo ha sido dañada. En algún lugar las cosas se te salieron de control. Pero tampoco vas a dejar que eso te haga ya no seguir buscando a una chica con quien compartir. Además, eres la clase de hombre que no necesita tener una mujer en su vida.
Es todo cuestión de aprender a partir de la experiencia. Así que hechas un doloroso vistazo a consciencia a tu relación y decides de qué manera deseas que la siguiete chica resulte diferente. Tal vez trates de buscar a alguien que sea todo lo opuesto a tu pareja anterior, o a lo mejor estás buscando a alguien que te haga soñar y sea todo lo que habías deseado.
De cualquier modo, las cosas lucen prometedoras al inicio y luego comienzas a sentir un poco de pestilente olor a pocilga en el ambiente.
¡No me digas, volviste a caer en el mismo error!
La lógica sugiere que esto es más que una simple casualidad. Ahora comienzas a preocuparte. ¿Qué tienes que hacer para dejar que se convierta en hábito eso de enamorarte de chicas problemáticas? ¿Existe alguna forma de evitar semejantes decepciones?
Lo más importante que puedes hacer para evitarte más dolores de cabeza y bajones de moral es despertar consciencia.
Necesitas darte cuenta de los patrones que sigues repitiendo en tus relaciones; los patrones que te mantienen atrayendo a la clase equivocada de mujeres.
Podrías desear que tu chica te mime y podrías resentir que te ignore. Podrías desear que tu chica sea buena en todo, pero podrías resentir que sea manipuladora. Las fortalezas que buscas en una mujer, podrían ser un intento de compensar tu falta de esas características. Podrías buscar una mujer que te anime, que te saque de la rutina y te presente un mundo más excitante.
Un problema serio que muchos hombres tienen en las relaciones que se basan mucho en suposiciones. Ahora, existe un enorme precipicio que separa la intuición de las suposiciones. La intuición es una pista instantánea e inexplicable de información que aparece de la nada. Puedes dedicir si seguirla o ignorarla, bajo tu propio riesgo. Las suposiciones son las expactativas que tienes sobre tu pareja, sin importar la evidencia al respecto.
Las suposiciones son extrañas criaturas. Pueden demostrar estar equivocados una y otra vez. Aún así, en lugar de cuestionar la suposición, la tentación es la de culpar a la otra persona que te ha decepcionado. Dices: “Ella tenía que haberlo sabido”, “Ella tenía que haberlo hecho”, “Yo no tenía por qué decírselo”.
Todo sería perfecto si tu pareja tuviera una maestría en leer la mente. Para tu mala fortuna, ella no la tiene. Ni siquiera tu, aunque a veces arrogantemente podrías actuar como si tal cosa fuera así. La forma más precisa de tener una idea clara de lo que está pasando es haciendo preguntas y seguir preguntando.
Algunas de las preguntas que podrías hacerte son:
¿Qué características (no físicas) encuentras atractivas en ella?
¿Son estas las mismas características las que busqué en parejas anteriores, al inicio?
¿Esta persona se hace cargo de la relación?
¿Existe cosas que me perturban, pero que prefiero no discutir en absoluto?
¿Tiene ella un historial de gente que la ha despreciado? ¿Y tú?
¿Se pasa ella de los límites pensando ella por ti, modificando tu opinión?
¿Te pones tenso y molesto cuando estás con ella?
¿Comienzas a sentir que las cosas se salen de control?
¿Está ella apresurando las cosas más de lo que te haría sentir cómodo?
¿Podrías incorporar a esta chica con facilidad dentro de tu estilo de vida actual o tienes que dejar a un lado a otras personas en tu vida para acomodarla?
Muchos parecen tratar las relaciones de pareja como un baño en la tina después de un arduo día de trabajo – algo que se se siente bien cuando nos hallamos cansados y mugrientos. Así que nos metemos de lleno en la tina. No probamos la temperatura del agua con cuidado. No verificamos si han vidrios rotos al fondo o largartos bebé o cualquier otro peligro imprevisto; ya que asumimos que nada malo pasará.
En general, si ponemos atención y cuidado cuando llevamos una mascota a la casa. ¿Te resulta difícil acceder a las necesidades y exigencias de una pareja potencial? O, ¿te vas de cabeza dentro de una nueva relación? ¿Es ese otro de tus patrones poco útiles? Reconocer tus patrones de conducta en el tema de las relaciones es el primer paso para dirigirte hacia la pareja potencial que te conviene.
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