¿Podrías imaginarte a jugadoras de fútbol portando listones negros para hacer consciencia sobre el cáncer de testículo? ¿Poniéndose a llorar por sus padres y hermanos? ¿Por qué no? Hemos sido programados para la discriminación inversa.
Este fin de semana, los jugadores de la Liga de Fútbol Canadiense se vistieron con zapatillas recubiertas de cinta adhesiva rosa y listones rosa para hacer consciencia en las personas sobre el cáncer de mama. Los entrenadores llevaron gorras rosa también. Lo mismo ha ocurrido en la NFL.
Los jugadores aparecen en comerciales contando historias sobre las mujeres en sus vidas que lucharon o sucumbieron ante esta terrible enfermedad.
Mi madre murió de cancer de mama en 1983. Le amo y la extraño, pero no creo que esta clase de “promoción” tenga cabida en el fútbol.
En primer lugar, el cáncer es una enfermedad patrocinada por el Nuevo Orden Mundial que piensan instaurar los Rockefeller. Si no se lo inventaron ellos, han hecho de esta enfermedad una de las industrias más lucrativas en el mundo occidental al suprimir la cura.
La Élite Financeira ha estado usando las “organizaciones caritativas” para patrocinar su engaño por más de un siglo. La Fundación Rockefeller ha subvertido a la sociedad como una fundación “exenta de pago de impuestos”.
En segundo lugar, pedirle a los atletas masculinos que vistan de rosa es afeminante. Es insultar a los atletas y a sus fans.
Los satanistas de la Élite Financiera usa el cáncer como un pretexto endeble para invadir este último bastión de la masculinidad. (Ellos nunca te dicen su motivo real). Teniendo esto en cuenta, ellos están haciendo de la homosexualidad la corriente dominante en la sociedad. (Tan solo pasa de canales en la TV, cierto día miré en CNN a un comentarista diciendo, en referencia a esta historia, que chicos besando a otros chicos será de lo más común en el escenario de aquí a 10 años).
(La Casa Blanca se pone de rosa en Octubre, el mes de concientización sobre el cáncer. Octubre es también el “mes gay, lésbico, etc” y el de las “marchas del orgullo gay” y del “Día Nacional de Salir del Clóset”, 11 de Octubre).
En tercer lugar, me gusta el fútbol americano y el soccer porque son juegos duramente disputados y son de mucha adrenalina. Por otro lado, a diferencia de la cobertura de los medios en general, la cobertura deportiva es más honesta.
En cuarto lugar, miro al fútbol por su meritocracia. Los entrenadores y los jugadores son escogidos por su desempeño nada más y no por su raza, género, religión o preferencia política. Este es el modo en que debería funcionar la sociedad.
Si no te desempeñas bien, estás fuera. No hay cuotas, favoritismo o acción afirmativa.
En la Liga Canadiense de Fútbol, muchos de los jugadores son estadounidenses. Muchos son negros. Cada semana demuestran un increíble despliegue de habilidad atlética. El mejor mariscal de campo es latino. Uno de los mejores entrenadores es negro. Son escogidos por sus méritos, a diferencia de las mujeres que muy a menudo obtienen tratamiento especial.
Sean blancos, negros u otra raza, estos tipos hacen un trabajo. Son buenos atletas y dan lo mejor. Me alegro por ellos, de verdad de esfuerzan.
Es por esa razón que me desilusiona ver a hombres orgullosos ser forzados a vestirse de rosa.
Donde sea que mires en la TV, miras mujeres. El fútbol parecía ser el único lugar donde no tenías la injerencia de ellas y me gustaba eso.
¿Qué seguirá después? ¿Se les pedirá a los jugadores de fútbol que se vista de arcoiris para hacer conciencia sobre la intimidación a los homosexuales? Porque sé muy bien que no estarán haciendo conciencia de los más de 3,000 personas que murieron en los atentados del 11-S en los Estados Unidos.
¿Podríamos dejar lo políticamente correcto fuera del fútbol? Es el último refugio de la masculinidad que existe.
NOTA: Revisa este impactante, poderoso y revelador reporte sobre la fraudulenta industria del cáncer de mama.