La familia de Bryan fue la última que yo esperaba se disolviera. Bryan e Hilda habían estado casados por 24 años. Tenían 6 niños entre 7 y 18 años, además participaban activamente en movimientos anti-aborto.
Bryan de 46 años, apuesto y trabajador, era un carpintero y albañil. Había dejado los estudios universitarios para comenzar temprano con su propio negocio.
Bryan es una persona como pocas. Él es genuino. En abril, detuvo a un hombre que estaba por asestarle un golpe en la cara a una mujer. Cientos de transeuntes tan solo vieron la escena. Irónicamente, él defendió a una mujer y ahora es procesado judicialmente por las leyes familiares feministas.
Recientemente, me reuní con Bryan y conocí el por qué él e Hilda se habían separado.
La Historia de Bryan
Parece que Bryan atravesaba por una crisis de la mediana edad. Habia caído en tal depresión que no podía ir a trabajar. Tal vez el estrés de operar un pequeño negocio por más de 20 años lo había ahogado.
“Muchas veces, si no consigues el trabajo, no comes”, decía.
Después de varios meses de depresión, Hilda de forma secreta obtuvo una orden de restricción contra Bryan y un mes después, lo obligó a abandonar la casa.
Ella le dijo que no podía aguantar con la depresión de él. Le dijo a la policía que ella “temía por el temperamento de él”.
Mientras él esperaba en el carro de la policía con las manos esposadas como si se tratara de un criminal, el policía le dijo que debería sentirse agradecido. Ella podía haberlo acusado falsamente de agresión y ponerlo en prisión por algunas semanas.
En 24 años de matrimonio, Bryan jamás le pegó a Hilda. Seguro que en alguna ocasión perdió el temperamento y levanto la voz contra ella. Lo mismo hizo ella también. Era una parte normal de la vida familiar. Hilda había sido “la mejor amiga de él”.
Bryan perdona a Hilda y hace toda clase de excusas para disculparla. Él defendió causas que hicieron mella en ella.
Pero el factor más importante para la desgracia de Bryan fue un vecino quien llenó de “mierda feminista” la cabeza de Hilda. Incluso ella le dijo a Bryan: “Te abuesto a que jamás pensaste que tu pequeña Hilda se convertiría en una fuerte mujer independiente”.
Así es como los movimientos satanistas-comunistas funcionan, corrompen los pensamientos de una persona a la vez. Ya sea destruyendo a una familia o haciendo que otro niño más comience a drogarse con Ritalin, de cualquier modo, el cáncer se expande de célula en célula.
Los movimientos feministas siempre operan bajo la cortina de humo de algún “ideal social”, pero su agenda REAL es DIVIDIR para CONQUISTAR y DESTRUIR.
Bryan siempre habia consultado a Hilda, pero ella jamás durante su matrimonio mostró NIGÚN intererés en la toma decisiones. Ahora, Hilda pretende que disfruta el “poder de decidir”. Se ha convertido en una persona agresiva y abrasiva.
En la Corte
En la Corte, los criminales reciben mejor trato que Bryan por ponerse “temperamental”. Un esposo y padre, ahora era considerado enemigo de la sociedad. Perdió los frutos de toda una vida de trabajo: sus hijos y su casa.
“Ya todo estaba planificado”, dijo Bryan. “Los abogados y el juez, les valió madre. Mi abogado dijo que la justicia era tan solo una palabra”.
Se quedó en el aire con unas cuantas herramientas de trabajo, su ropa y libros.
Las lágrimas rodaron por las mejillas de Bryan cuando le dijo al juez: “Todo lo que siempre quise fue ser un caballero en mi reluciente armadura. En lugar de eso resulté ser Satanás en persona”.
Solo en su apartamento, lloró por la pérdida de sus hijos. Durante el año escolar Bryan cuidaba más a los niños de lo que lo hacía Hilda quien era una profesora en una escuela.
“Extraño despertar a los niños por la mañana, aún cuando les daba pereza”, dice Bryan.
La traición de Hilda impactó duramente a Bryan. Él todavía ve a los niños quienes parecen estar lidiando lo mejor posible con la nueva situación. Ahora Bryan consigue trabajos, saliendo con mujeres y tratando de poner su vida en orden de nuevo.
La novedad de ser una “mujer independiente” esta comenzando a destrozar la vida de Hilda. Ella está sobrecargadísima con el trabajo y con el cuidado de los niños, y los niños dicen que ella siempre pasa gritando.
El Feminismo: Un Cruel Engaño
A las mujeres les están lavando el cerebro con la idea de que ellas tienen que buscar y desear tener el poder. El poder es el combustible menos indicado para ellas; porque eventualmente sus motores comenzarán a fallar. Lo que ellas necesitan es el amor de un hombre expresado como poder masculino. Una feminista con seis niños le será muy difícil rehacer su vida y encontrar ese amor masculino.
Muchas personas me preguntan sobre qué puede hacer uno contra el Nuevo Orden Mundial. No te equivoques, la violencia doméstica y las leyes familiares son la punta de lanza del Nuevo Orden Mundial. Los “tanques de pensamiento” al servicio de los Rockefeller han ordenado la destrucción de la familia al anular la autoridad paternal de los hombres. El objetivo es lograr el aíslamiento y la disfunción de modo que no podamos resistir la servidumbre y disminuir la población. Proteger a las mujeres no es, en ningún momento, el objetivo real de su agenda destructiva.
Las familias están comenzando a preocuparse, el estado totalitario ha llegado. Si una pareja está discutiendo, un vecino puede llamar a la policía quien puede llevarse a prisión al esposo.
Las feministas oportunistas e ingenuas, abogados y políticas avanzan a toda máquina esta diabólica agenda. Habrán muchas buenas personas entre ellos quienes no se sentirán para nada cómodos trabajando para este obejtivo destructivo. Debemos exigirles que reconsideren su postura.
Motivo a todas las personas que lean este artículo a que formen pequeños grupos y se reunan de forma regular para ofrecerse apoyo mutuo y actuar. El Nuevo Orden Mundial quieren que estemos aíslados los unos de los otros. Debemos recordarles a los jueces, a la prensa y a los políticos que han comprado sus voluntades. Debemos demandar cambios en las leyes familiares y contra la violencia doméstica. Durante los períodos electorales, debemos llamar a los políticos a que trabajen en este sentido.
Tal vez no podamos detener el ataque contra Irak o Afganistán, pero SÍ podemos detener el ataque contra nuestras familias. Como hombres, tenemos que ponernos de pie y resistir contra la tiranía.